En la época de la historia a la que solemos referirnos como "la Revolución Industrial" sucedieron muchas cosas sumamente interesantes que cambiaron por completo la manera en la que "sentimos" y vivimos este mundo. Hoy en día damos por sentadas muchas de esas cosas y en verdad no podemos ni imaginar cómo sería la vida sin ellas.
En esa época, en la que se generó un frenesí de cuestionamientos e innovaciones por todo el mundo, los procesos de manufactura jugaron un papel estelar. Los ojos y las mentes del planeta se enfocaron en generar mejores formas de producción. La búsqueda de mayores volúmenes de producción a menor costo disparó la capacidad inventiva de todo tipo de personas en todo tipo de ambientes. Y como ya sabemos, cuando al ser humano se le mete una cosa en la cabeza, es imposible detenerlo. Y si a miles de seres humanos se les mete la misma cosa en la cabeza, el resultado es asombroso.
Recordemos que no es que no hubiera autos antes de Henry Ford. Lo que pasaba es que el proceso de manufactura era muy lento y fabricar un auto tomaba meses, amén de que era sumamente costoso. Todo parece indicar que fue mientras visitaba una carnicería que Mr Ford vio las reces colgando para ser cortadas y movidas por una cadena, lo que lo llevó a su maravillosa idea: ¿y si armamos los autos guiados por una cadena? ... se haya generado como se haya generado su epifanía, lo que si sabemos con certeza es que su ocurrencia impactó la vida de millones de personas, y hoy formamos cadenas productivas de manera casi intuitiva.
Con la mejora acelerada de todo tipo de procesos productivos, sucedió algo que no se tenía previsto: ¡la velocidad de fabricación rebasó la velocidad de consumo!. Los fabricantes se encontraron de repente, ante un fenómeno que nunca antes habían visto: la generación de inventario de producto terminado.
Medítelo por unos segundos. Usted ha trabajado toda su vida a todo pulmón tratando de fabricar algo que cuando termina lo entrega casi de inmediato y para entonces ya tiene varios clientes solicitando que trabaje en sus pedidos. Si usted llega a tener inventario de algo, suele ser de producto en proceso, pero muy rara vez de Producto Terminado. Después de comprar unas maquinitas, su trabajo requirió de menor esfuerzo físico y pudo hacer mas cosas. Esto representó una mejora importante y usted logró vender más productos. La vida parecía enfilarse al gozo absoluto: ¡más dinero y más tiempo libre! ...
Usted estaba feliz una mañana que llegó su vecino indignado a pedirle que moviera sus productos acumulados porque estorbaban su entrada ... su jefe de producción vino a decirle que ya no tenían lugar para poner mas producto terminado ... su jefe de ventas vino a decirle que su principal competidor había sacado un nuevo producto que se estaba llevando a sus clientes ... y usted se hizo una pregunta: ¿pues cuanto producto terminado tengo? ...
Entonces usted salió y se puso a hacer lo más obvio: CONTAR las piezas de producto terminado. Y esta misma situación empezó a repetirse día tras día. Por supuesto que usted lo hizo con gusto y curiosidad los primeros días, pero después de unas semanas ya era algo repetitivo y tedioso, además de que lo distraía de hacer otras cosas más importantes, así que decidió contratar a una persona para llevar a cabo esta tarea. ¿y cómo le llamaría a este nuevo trabajo? ... obvio ... ¡CONTADOR!
Y así, de esta manera tan romántica y dulce surgió una de las profesiones más respetadas de nuestro planeta. Y claro, las decisiones diarias sobre la empresa, dependían de la información proporcionada por el Contador. ¡No tenía sentido fabricar algo si ya lo teníamos producido!.
La Contabilidad se convirtió en una parte fundamental de cualquier decisión de negocios. Y por supuesto, con el correr del tiempo, esta tarea tan simple al inicio, se fue complicando y sofisticando mucho. Surgieron nuevas preguntas, como: ¿y cuánto vale todo lo que tenemos?, ¿ese valor cambia después de un tiempo?, ¿tener inventario es bueno o es malo? ... Los Contadores debieron ponerse a la altura de los tiempos y en verdad hicieron un gran trabajo: Documentaron sus tareas; Se unieron para unificar criterios; Crearon escuelas; Publicaron sus ideas; en fin, se ganaron un lugar privilegiado en las empresas y en la sociedad en general.
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