
Desde que recuerdo, en mi vida laboral, siempre he debido escuchar que alguien se queja de los pronósticos. Ya sea porque los tienen que hacer, o porque deben usarlos, alguien siempre se está quejando de ellos. Estas personas (creadores y usuarios), parecen correr la misma suerte que los enfermos de lepra en los tiempos Bíblicos. En aquellos tiempos, los enfermos de lepra debían mantener una gran distancia entre ellos y el resto de la gente, la cual debía modificarse de acuerdo a las corrientes de viento del momento y además debían avisar de su estado con gritos de: "¡IMPURO!"
Dejémoslo bien claro: el don de la profecía prediciendo de manera precisa el futuro no existe entre la gente normal. Todos los pronósticos del mundo son intentos por adivinar como será el futuro tomando en cuenta lo que sabemos o creemos saber del pasado. Todo pronóstico se basa en la relación casuística (causa-efecto) entre dos eventos. Así es como algunas personas intentan predecir las ventas del siguiente mes basados en las ventas de los meses anteriores, y como en el pasado intentaban predecir el resultado de una guerra basados en el análisis de las entrañas de un animal.
De alguna manera, entendemos que hay algún tipo de conexión entre el presente y el pasado con el futuro. Lo que simplemente no acabamos de comprender es la complejidad de las interrelaciones, ni el número y cuales variables deben ser tomadas en cuenta para la generación de dichos pronósticos. Ya en los 50's Isaac Asimov iniciaba sus novelas futuristas basadas en la posibilidad de generar mejores pronósticos.
El asunto es que hoy por hoy no contamos con el conocimiento para generar pronósticos confiables mes tras mes para cada uno de nuestros productos en cada una de sus presentaciones. Probablemente ya tengamos la tecnología, pero sin el conocimiento necesario, estaremos usando la tecnología a lo burro (que lamentablemente es lo que he visto hacer en varias grandes compañías).
Así es que deberemos aceptar que nuestros pronósticos tendrán desviaciones y deberemos dejar de ir corriendo por toda la organización gritando: "¡FALLARON!". Por supuesto, deberemos intentar generar los mejores pronósticos posibles, pero siempre en el entendido de que la realidad no tiene porque seguir nuestros pronósticos.
La verdadera cura está en desarrollar la AGILIDAD para adaptar la organización a la realidad lo más rápido posible. Contar con los BUFFERS estratégicos que nos compren el tiempo para adaptarnos a la realidad. En otras palabras, se trata de hacer nuestras organizaciones mas FLEXIBLES para enfrentar el futuro, sea cual sea este.
¿Cómo? ... ¡ TOC (Teoría de las Restricciones) !

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