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Foto del escritorGabriel Lopez Limon

Gestión de Proyectos


En los años 90s los comités directivos empezaron a sufrir cambios muy interesantes. Empezó a quedar muy claro que el enfoque administrativo tradicional, basado en registrar eventos y analizar a final de mes los resultados, para entonces tomar decisiones se estaba quedando muy corto. Los tiempos, las economías y la competencia feroz demandaban enfoques mucho mas ágiles y dinámicos. De esta suerte, el área de Producción se convirtió en el área de Operaciones, Recursos Humanos en Capital Humano y Administración de Proyectos en Gestión de Proyectos. La esencia de lo que se hacía no varió mucho, pero el enfoque, la mentalidad con la que se controlaban las actividades de cada función, tuvo un renacimiento muy importante. 100 años de tradición administrativa dieron paso a una agilidad sin precedente. Lo que antes solo se hacía después de meses, se analizaba y modificaba en semanas. Los resultados contables dejaron de reportarse por "cuarto" o trimestre y se empezaron a reportar "en tiempo real".


En el mundo de Proyectos, en el que viven una gran cantidad de organizaciones y profesionales independientes que no producen en masa sino caso por caso, cliente por cliente, este cambio de enfoque generó una verdadera revolución en la manera de controlar los proyectos.


Lo primero que cayó por los suelos fue el mito de que era posible lograr un pronóstico preciso del futuro. Las áreas de ventas llevaban años diciéndolo: "es imposible hacer pronósticos precisos porque los clientes siempre están cambiando". Los ingenieros llevaban años diciéndolo: "es imposible hacer pronósticos precisos porque siempre surgen eventos inesperados". Sin embargo, nadie les daba credibilidad. Mes tras mes se les pedía dedicar tiempo precioso a generar un pronóstico, para después dedicar mas tiempo precioso a explicar porque no se había cumplido su pronóstico: "¿por qué tuviste una diferencia de 500% entre tu pronóstico y la realidad? ...


Finalmente se aceptó que la INCERTIDUMBRE es parte inherente de cada proyecto. Y con esto, se debió aceptar que al inicio de los proyectos es mas lo que NO sabemos que tendremos que hacer, que lo que SI sabemos que deberemos hacer. Y como consecuencia lógica, se generó un enfoque mucho mas proactivo, logrando no solo reaccionar a los sucesos inesperados, sino incluso estar listos antes de que sucedan.


¿Cómo está eso? ... ¿Cómo se puede estar listo para algo que no sabemos que va a suceder? ...


¿quiere saber cómo? ... no se pierda los siguientes blogs ... ¡esto va a estar bueno!

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