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Foto del escritorGabriel Lopez Limon

Ser o no ser, esta ya no puede ser la cuestión




Hemos discutido un hecho poco reconocido acerca del cambio: “muchos problemas permanecen con nosotros por mucho tiempo, no por carecer de soluciones, sino porque detrás de cualquier problema existe un dilema que nos impide tomar acciones decisivas para su solución” Queremos remediar el problema, pero su eliminación nos priva de algún beneficio que consideramos vital para nosotros. ¿Le damos solución o no? Y esta pregunta, como en el caso de Hamlet, detiene todas nuestras acciones.


Como resultado, hemos sido capaces de identificar tres características críticas de una buena solución: debe resolver el problema, al mismo tiempo que debe mantener la satisfacción de la necesidad estratégica que consideramos tan importante como por soportarlo por tanto tiempo, así como debe brindar opciones que nos permitan sentir que nosotros tenemos control de la solución.


Roger Martin en su libro “The Opposable Mind” (“Ideas Opuestas, Soluciones Creativas”) nos ofrece una narración muy clara de los procesos mentales y emocionales necesarios para lograr generar soluciones creativas ante situaciones que de otra manera parecieran no tener mas respuesta que someterse a un lado u otro del dilema:


“Los líderes a quienes he estudiado tienen en común por lo menos una característica, aparte de su talento para la innovación y el éxito a largo plazo. Tienen la predisposición y la capacidad de considerar dos ideas diametralmente opuestas al mismo tiempo. Entonces, sin perder la calma y decidirse sencillamente por una de las dos alternativas, pueden producir una síntesis superior a cualquiera de las dos ideas iniciales. Pensamiento integrador es la expresión que he utilizado para designar este proceso, o mas exactamente esta disciplina de reflexión y síntesis que distingue a las empresas excepcionales y a quienes las dirigen”


Otro excelente libro relacionado con la generación de ideas innovadoras es “Tools for Dreamers” de Robert W. Dilts and Todd Epstein ,mientras que Eli Schragenheim en su libro “Managing Dilemmas” nos presenta una metodología específica para la resolución de conflictos.


En este momento, debe decirse que, de ninguna manera, una buena solución tiene que estar compuesta por una sola acción todopoderosa. Aunque es posible encontrar una sola acción que al mismo tiempo resuelva el problema y asegure la continua satisfacción de la ganancia estratégica, hemos encontrado que es precisamente la búsqueda de esta bala de plata lo que detiene la mayoría de los esfuerzos. Como en un juego de ajedrez, queremos pensar acerca de todas las posibles implicaciones de cada uno de los movimientos, mientras que al mismo tiempo intentamos ganar el juego en el menor número de movidas posibles.


Hemos encontrado que es mucho mas práctico dividir nuestra solución en varios componentes que trabajen juntos para cumplir nuestros dos criterios definidos. En la mayoría de los casos, tendemos a usar dos avenidas de solución: una para resolver el problema, y otra para mantener satisfecho el beneficio estratégico.


Lo que es crucial, es que estos dos elementos de la solución generen sinergias entre ellos para aseguran que nuestra solución sea realmente capaz de romper el dilema actual.


Debemos evitar ver estos dos elementos como dos soluciones diferentes para dos problemas distintos. Debe recordarse que ambos elementos tienen como objetivo común romper el dilema, y por tanto, deben sumarse para el logro de ese fin.


Cualquiera que sea su decisión, deberá tomar alguna y comprometerse con ella. La indecisión no lo llevará a ningún lado.


Una última reflexión acerca de los conflictos. Si usted piensa que encontrar una solución que cumpla con las dos condiciones establecidas es difícil, podemos decirle que es aún más difícil tratar de encontrar una manera de mediar entre ambas posiciones, y eso es precisamente lo que hemos visto intentar hacer a muchas organizaciones muy frecuentemente. Esto es, si usted trata de encontrar una posición intermedia, en la que el problema este resuelto por ciertos periodos de tiempo, y en otros, pueda revivirlo para cumplir con los requisitos de su necesidad estratégica, le podemos asegurar que ha comprado su boleto al infierno.


Tratar de encontrar una buena mediación entre las dos alternativas únicamente mantiene el problema vivo y acentúa sus efectos negativos. Y lo peor de todo, es que envía señales cruzadas a toda la organización, que se volverá completamente loca tratando de re-adaptarse a dos ambientes de operación completamente distintos: ¡incrementen los inventarios!, ¡ahora reduzcan los inventarios!, ¡sean duros con los clientes!, ¡ahora sean flexibles con los clientes!, ¡detengan los embarques!, ¡ahora embarquen lo mas rápido que sea posible!, etc.


Las organizaciones han dedicado muchos esfuerzos en la búsqueda de la flexibilidad operacional que les permita cambiar de un modo de operación a otro ágilmente, sin generar situaciones caóticas en los procesos. Sin embargo, existe una gran diferencia entre ser flexible y no ser nada intentando serlo todo.


Analice apropiadamente la situación, encuentre cual es la ganancia de tolerar el problema que desea resolver, desarrolle una solución que rompa el dilema y tome su decisión tan rápido como sea posible. Como usted verá en los siguientes blogs, este es únicamente el principio de un esfuerzo mucho más grande. Siguiendo las palabras de una de nuestras canciones favoritas de Frank Sinatra: “Lo mejor está aún por venir”



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