Hace 30 años descubrí una forma de pensar y ver el mundo que me cambió por completo la vida. A muchos nos ha pasado algo similar. El nombre de ese descubrimiento es irrelevante. Puede ser desde una simple frase, hasta una compleja metodología; puede ser la escena de una película, o puede ser el párrafo de un libro. El punto es que muchos de nosotros hemos tenido esos momentos de epifanía en los que encontramos una cueva de maravillas con la que podemos ver el mundo de una manera clara y simple, ¡de repente todo toma sentido y vemos con claridad el camino a seguir!
Y no, no estoy hablando de una fiesta en la que han corrido ríos de alcohol y de la que salimos bien “iluminados” …
Pues bien, lo normal es que al descubrir algo poderoso, queramos compartirlo con otras personas. Si claro, queremos sacarle provecho primero, pero rápido nos damos cuenta qué hay mas beneficio si otras personas y organizaciones supieran de nuestro fabuloso hallazgo. Así que empezamos nuestra cadena de invitaciones, la cual estamos seguros de que será recibida con gran entusiasmo por todos nuestros invitados … ¿Quién puede resistirse al poder de un conocimiento tan poderoso? ….
Y bueno, también estoy seguro de que ya sabes para donde voy con esta historia. ¡Oh Sorpresa! Algunos de nuestros invitados no solo no se interesan por nuestra idea, sino que muchos se oponen abierta y tajantemente a su uso y divulgación. ¿Como es posible? … existe la posibilidad de mejorar mucho su vida y en lugar de agradecernos la invitación, ¡nos ignoran o echan pleito!
Mi primera experiencia con esta situación la viví después de aprender sobre Calidad Total; años después me pasó tras aprender TOC; y la cadena siguió en diferentes grados después de aprender Shainin, TRIZ, Demand Driven, etc. etc. etc.
Habiendo vivido esta experiencia por varios años, en varios temas, llegué a pensar que el problema era yo. Quizás mi forma de presentar las ideas no era la correcta, así que empecé a tocar el tema con amigos y clientes. Los cuales expresaron haber experimentado respuestas similares a lo largo de sus vidas.
Así, he llegado a una conclusión muy personal que me parece vale la pena compartir:
Dado un grupo normal de personas, a la gran mayoría (digamos un 80%), solo le interesa RESPIRAR y seguir vivos. Todo lo demás es intrascendente y carece de importancia. ¿Para que preocuparse por un futuro incierto? … ¡hay que vivir el aquí y ahora! … solo quieren saber como seguir vivos por el resto del día y todo lo demás les tiene sin cuidado.
De ese grupo normal, unos cuantos (digamos el10%), además de respirar quieren SABER. Consideran que la información es valiosa por si misma y se interesan en adquirirla y acumularla. Leen, preguntan, hacen investigación con el objetivo de acumular información. Son capaces de repetir a la perfección datos impresionantes, pero solo los pueden repetir, no explicar.
Un grupo mas pequeño (digamos el 7%), además de respirar y saber, quieren ENTENDER. No les basta con tener la información quieren saber de donde viene y como se llegó a ese conocimiento. La lectura, preguntas e investigación de estas personas está dirigida a entender la información. Así, estas personas pueden explicar de manera muy completa la información que poseen.
Finalmente, dentro de ese grupo habrá una pequeña porción (digamos el 3%) que además de respirar, saber y entender, querrán APLICAR la información que se les proporciona. Para este pequeño grupo, la información tiene valor solo en la medida que pueda aplicarse en la realidad. Su principal preocupación será el “como”.
Lo valioso de esta clasificación y por lo que me atrevo a compartirla, no es que haya un grupo correcto y varios incorrectos, sino que los cuatro grupos son valiosos y necesarios para el funcionamiento de todo equipo. Lo importante es tomar conciencia de la existencia de estos 4 grupos y darle a cada uno el tratamiento adecuado para lograr sumar talentos y potenciales al logro de los objetivos del grupo.
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