
Hace 30 años, cuando aprendí sobre TOC (La Teoría de las Restricciones) el Universo de problemas a vencer se clasificaba en dos grandes tipos: a) Las Restricciones Físicas, que representaban al mundo sólido, aquello que podemos tocar y manipular, y: b) Las Restricciones Mentales, que representaban a todo aquello no material que nos detenía en nuestras avances de mejora, fundamentalmente nuestras ideas y conocimientos sobre algo.
Se nos enseñó que para las Restricciones Físicas debíamos aplicar los 5 Pasos de TOC (1.-Identificar; 2.-Explotar; 3.-Subordinar; 4.-Elevar; 5.-Volver a iniciar), mientras que para las Restricciones Mentales había que utilizar los Procesos de Pensamiento (Los Árboles y las Nubes). Y así salimos a enfrentar los dragones que impidieran la mejora continua de este mundo.
Pero, en la cancha, descubrimos que los Procesos de Pensamiento siguen la secuencia de los 5 pasos, y que el uso de los 5 pasos invariablemente requería el uso de alguno de los Procesos de Pensamiento. Así que en la realidad era muy difícil separar uno del otro.
Tuvieron que pasar muchos años de refriega en muchas batallas, para que refináramos esta idea tan básica. Hoy sabemos que LA RESTRICCIÓN (aquello que limita nuestra velocidad de avance hacia la meta) siempre tiene un componente FÍSICO (material) y TAMBIÉN tiene un componente MENTAL (no-material).
Esto es, no se trata de encontrar la Restricción Física o la Mental, sino LAS DOS, porque cualquier elemento restrictivo (sea lo que sea la restricción) siempre tendrá ambos componentes y si en verdad queremos lograr mejoras duraderas tendremos que identificar y trabajar en ambos aspectos.
Así es que no es una o la otra. ¡SON LAS DOS!. Terminamos nuestro blog de esta semana con una frase del Quijote: “Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro.”

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