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Foto del escritorGabriel Lopez Limon

Sobre la AGILIDAD


Hoy esta muy de moda hablar sobre la agilidad en las organizaciones, así que vale la pena que le demos una repasada a este concepto.


De acuerdo con la Real Academia Española, la palabra AGILIDAD significa: "Facilidad, prontitud, viveza en el ejercicio de alguna facultad o habilidad en general"


Empecemos por darle contexto. ¿por qué se volvió tan importante ser ágil? ... ¿no había sido importante siempre?.


Deberemos tener en cuenta que al inicio de la industrialización, para poder fabricar a bajo costo y tomar ventaja de las grandes cantidades de personas que necesitaban todo tipo de productos, los fabricantes se dieron cuenta que hacerlo en grandes cantidades (alto volumen) les generaba ventajas económicas significativas (economías de escala). Así se generó el modelo de negocio que predominó durante los 1900's, centrado en el logro de altas eficiencias en los sistema productivos.


Había tanto público por atender, que los fabricantes podían darse el lujo de despreciar a los clientes exigentes y aún así generar fortunas vendiendo productos sin opciones. A Henry Ford se le atribuye la expresión: "puede tener el auto del color que quiera, siempre y cuando sea negro". Los fabricantes eran amos y señores de los mercados y su búsqueda de eficiencias determinaba que productos existían para su compra.


Así que no, a nadie le interesaba ser ágil. Les interesaba ser rápidos, pero la relación entre agilidad y velocidad tardaría mas años en desarrollarse.


Este modelo de negocio predominó durante casi 100 años (los 1900's) y todo lo que se desarrolló y enseñó durante esos años giraba en torno al logro de máximas eficiencias en los sistemas productivos. Claro, esto implicaba corridas muy largas, pocos paros por cambios o mantenimiento, pocas pruebas para nuevos desarrollos, poco margen para entrenamiento, etc., etc. La agilidad no venía al caso, y si alguien intentaba ser ágil lo regresaban de inmediato al modelo de altas eficiencias. El chiste era reportar un montón de kilos, litros, metros, piezas, etc. al final de cada turno.


Y claro, después de tantos años de pulir un modelo de negocio dirigido a producir más y más y más, se llegó a un punto en el que la capacidad de fabricación rebasaba la necesidad de compra de los mercados. Al rededor del mundo, a finales de los 1900's había montones de inventarios de todo tipo detenidos por falta de ventas. Empezó entonces un cerradero de plantas por todos lados, y las que quedaban vivas tenían que cachar la demanda de las que estaban cerrando para mantenerse con vida. Alguien tenía que atender ahora a esos clientes exigentes que pedían cosas raras.


Así fue como las grandes corporaciones tuvieron que empezar a fabricar lotes mas pequeños, hacer mas cambios, desarrollar nuevas tecnologías, etc., en otras palabras, tuvieron que volverse mas ágiles. Y definitivamente no fue por gusto. Lo hicieron porque no les quedaba de otra. La única forma de mantener y crecer sus resultados, en un escenario de mercados contraídos, era tomar los clientes complicados que habían quedado a la deriva por las compañías que habían cerrado.


Por supuesto que este cambio sacó de su zona de comfort a muchas empresas y muchas siguen intentando regresar a "los viejos tiempos" en los que todo era mas sencillo.


Llámele como usted le quiera llamar: Lean, Agile, TOC, Fast-and-Furious. El punto es que la agilidad en este mundo ya no es opcional. Y esto aplica a todos lo ámbitos de la vida, no solo a los negocios. Ser torpe y panzón quedó muy atrás en la historia. Hoy debemos saber encender una aparato con un botón, con un control remoto, con la voz y con ciertas gesticulaciones. No tener la capacidad de aprendizaje y adaptación nos deja fuera de muchas cosas.


Resulta que Charles Darwin no estaba tan mal después de todo cuando apuntó: "No es el mas fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el mas inteligente el que sobrevive. Es el que es mas adaptable al cambio". Que tan rápido, o que tan ágilmente nos adaptamos determina nuestra existencia. Hoy los fabricantes ya no son amos y señores. La globalización abrió las puertas de tanta capacidad productiva que si un fabricante no puede con una solicitud rara de su mercado, alguien mas en el mundo si podrá satisfacerla a costos competitivos. En general, hoy son los compradores los amos y señores, y los fabricantes deberán encontrar la manera de satisfacer rentablemente (ágilmente) sus requeriientos, ... por mas raros que estos sean ...



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