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Breve historia del pensamiento Sistémico


En 1637, de manera anónima, René Descartes publicó su Discurso del Método, cuyo título completo era: ¨Discurso del Método para conducir bien la propia razón y buscar la verdad en las ciencias¨. Básicamente, lo que Descartes quería decir a sus compañeros intelectualoides de la época, era: ¨Cuando yo digo que la burra es parda es porque tengo los pelos en la mano¨. En este importantísimo documento, en su principio número dos, Descartes propone la idea de: ¨dividir las dificultades, en tantas partes como sea posible y en cuantas requiriera su mejor solución¨. Muy simple, si no puedes con el todo, rómpelo en pedacitos y resuelve pedacito por pedacito.




Yo quiero pensar que esa idea ya la había propuesto algún filósofo griego o algún matemático árabe, pero ya saben que la historia nunca nos llega tal como pasó, sino como quedó escrita ...


El caso es que la idea de Descartes, fue adoptada por un economista durante los 1,700s: Adam Smith, quien la aplicó a temas económico-sociales y pensó que si una organización o sociedad no estaba siendo efectiva, esta podía ser mejorada individuo por individuo (pedacito por pedacito): ¨Si logramos el máximo desempeño individual de cada persona obtenemos el máximo desempeño del sistema¨. ¿te suena conocido? ...




Esta idea tomó mucha fuerza y ese convirtió en el credo fundamental de todas las economías importantes del mundo. De esta idea surgió el principio de Libre Competencia y la No Monopolización que tan populares se hicieron en Estados Unidos hasta nuestros días: ¨La competencia es buena porque hace que todos mejoren¨... Y así, empezamos a competir en todo, para todo, con todos ... ¡hasta con nuestra propia sombra!


Tuvieron que transcurrir casi 200 años para que un matemático: John Nash, expusiera un gran hoyo en esta idea: ¨Adam Smith está incompleto, cada individuo debe lograr su máximo desempeño al mismo tiempo que logra el máximo desempeño del Sistema¨. ¡Y aquí es en done hemos estado atorados durante varias décadas!. Competimos tanto, que terminamos olvidando que estamos juntos por alguna razón.




John Nash nos dice que hacer bien nuestro trabajo solo es la mitad de lo que se requiere de nosotros. TAMBIÉN SE REQUIERE QUE AYUDEMOS AL SISTEMA A LOGRAR SU OBJETIVO, como sea que el sistema lo requiera. Y eso, que evidentemente nos expone y remueve de nuestra zona de comfort, es algo que no hemos aprendido a hacer constante y eficientemente. John Nash descalificó para el resto de la historia el argumento: ¨a mi no me contrataron para hacer eso¨ ....


Y para acabar de rematar este tema, años después, un amante de la estadística demostró que la mejora continua de la calidad y de muchos otros temas organizacionales no estaba basada en la mejora de procesos o habilidades individuales, sino en la mejora de la relación entre individuos o áreas. Edward Deming demostró que todo Sistema era un conjunto encadenado de trabajos entre los que había gran interdependencia. Finanzas dependía de Producción, que dependía de Ventas, que dependía de Compras, que dependía de Finanzas!! Toda organización o Sistema resultaba ser una gran cadena o red de eslabones unidos en varios puntos, y la clave para la mejora del sistema dependía del entendimiento de esas interconexiones.




Y así es como quedó puesta la mesa para que un Físico-Matemático (Eliyahu Goldratt) revolucionara el mundo empresarial recordándonos que: ¨Si la resistencia de una cadena esta determinada por su eslabón más débil, la gerencia debería concentrar los esfuerzos de mejora en ese eslabón, la Restricción del Sistema¨



Y esto es lo que hoy conocemos como Pensamiento Sistémico y en lo que esta fundamentada la Teoría de Las Restricciones (TOC)

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