¿De verdad quieres la DIRECCIÓN GENERAL?
- Gabriel Lopez Limon
- 30 sept
- 2 Min. de lectura

Como empleados siempre asumimos que el puesto de Dirección General es igual a tener la vida resuelta. Esta es una de esas creencias arraigadas de los tiempos cuando el Director General era el dueño del negocio … pero también era el vendedor, mecánico, reclutador, cocinero, etc. La Industrialización y Hollywood se hicieron cargo de crear una imagen glamorosa y muy atractiva de los puestos Directivos. Todo lo que uno tiene que hacer es trabajar muy duro para ascender en la escala laboral y si las estrellas se alinean lograremos un puesto Directivo que nos permita vivir como se debe.
Pero aquellos que lo han logrado, han descubierto que no resulta tan glamorosa como lo pensaban. Muy rápido descubrimos que la realidad del mundo Directivo es mucho menos cómoda de lo que nuestra imaginación lo había concebido. Resulta ser algo así como la idea de que los médicos no se enferman o se preocupan por las enfermedades.
Existe un dicho popular que dice que “el trabajador come mal, pero duerme bien, mientras que el directivo come bien y duerme mal”. Esta es una verdad que vale oro. Para aquellos que gustan de los video juegos, la Dirección viene a ser como el siguiente nivel en un juego al que solo llegas cuando has puesto tu máxima habilidad y todos tus recursos en pasar el nivel anterior, o sea, llegas muy cansado y sin vidas. (¿Bowser?) Y claro en este nuevo nivel deberás enfrentar retos y monstruos mucho mas difíciles y deberás hacerlo casi sin recursos o vidas … todo para que al llegar al final pases al siguiente nivel y las cosas se pongan mucho mas complicadas.
Yo siempre le digo a quienes aspiran a estos puestos que deben desarrollar un trasero de asbesto, porque estas sillas queman. Y no solo me refiero a la presión en el trabajo, sino a la familiar, de salud, etc.
En mis 30 años trabajando con Directivos de muchas empresas y países diferentes, esta es la realidad con la que me he encontrado. Como decía Crí-crí: "nadie esta a gusto con lo que tiene, hasta la misma regla quiere ser compás". O el sabio Rey Salomón que nos dice “Vi todo lo que se había hecho bajo el sol y esto descubrí: todo es en vano, es perseguir el viento” (Eclesiastés 1:14)
La solución esta en dejar de querer el puesto y desear “lo que hace el puesto”. Ólvidate del sueldo, el coche y la oficina, mejor piensa en las broncas a las que se enfrenta todos lo días. Si, es posible que tu tengas las habilidades para hacerlo muy bien. Pero en la mayoría de las ocasiones los aspirantes no tienen ni idea de la realidad del puesto.
Hoy debemos enfrentar un mundo sumamente complejo, en el que todo lo que sabíamos y teníamos ha quedado en el nivel anterior. En este nuevo nivel vamos a necesitar re-construir todo eso y desarrollar algo más para salir adelante. ¿Listos para el siguiente nivel?

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