Una de mis frases favoritas de Eli Goldratt era cuando nos recordaba que por mas maravillosa que fuera la teoría y las herramientas administrativas, eran totalmente inútiles si los medidores utilizados en la organización promovían comportamientos completamente diferentes: ¨dime como me mides y yo te diré como me comporto¨. Y todavía peor cuando estos medidores se contraponen entre ellos.
En muchas organizaciones, se continúa usando la Utilidad Neta como el medidor final que determina el estado de salud del sistema. Y esto tiene todo el sentido del mundo, si la razón por la que ese sistema fue creado, su META, fue la generación de utilidades ahora y en el futuro.
Inicialmente, en los 80s y 90s, todo el movimiento de la Teoría de las Restricciones (TOC) estuvo orientado hacia el logro de mayores utilidades. Sin embargo, a finales de los 90s, la aplicación de TOC tuvo una explosión masiva y su aplicación se llevó a sistemas que ya no eran motivados por la generación de utilidades. Incluso, en el mundo empresarial, empezaron a surgir muchos casos en los que la generación de utilidades no era la meta buscada por sus creadores.
¡Cierto!, la generación de utilidades seguía siendo un factor importante a considerar. Contar con fondos de dinero suficientes seguía apareciendo siempre como una Condición Necesaria a cumplir para salvaguardar la sobrevivencia del sistema, pero ya no como la todo-poderosa META. Empezaron a surgir una gran cantidad de factores que eran considerados como META u Objetivo Final para los creadores de muchas organizaciones: salud, bienestar, educación, cultura, armonía familiar, etc.
El primer enfoque fue intentar una aplicación directa de los conceptos contables y financieros tradicionales a las nuevas realidades descubiertas. Lamentablemente, las prácticas contables resultaron estar sumamente enraizadas en paradigmas administrativos que resultaron inaplicables a estas nuevas realidades. Por ejemplo: la asignación de los gastos de operación a los costos de cada unidad generada, resultaba sumamente complicada e incomprensible para quienes debían tomar decisiones operativas en el día con día.
Así fue como TOC debió generar un sistema de medición que brindara guía al personal operativo. Si en realidad, mejorar es acercarnos a nuestra meta, debería existir una forma de medir nuestro avance hacia nuestro objetivo. Si nuestros primeros pasos deben ser encontrar y explotar nuestra Restricción, debe haber una manera de relacionar el objetivo global del sistema (la META) con el desempeño de este elemento restrictivo.
Y entonces Eli Goldratt tuvo otra de sus genialidades: ¨Llamemos a la generación de Unidades Meta, Throughput (T) y dividamos el Throughput generado entre las unidades de la Restricción consumidas en su generación, esto nos dará u índice para cada opción y así sabremos si estamos eligiendo la mejor o no¨
Por ejemplo: si vamos de vacaciones, y nuestra meta es descansar, la unidades meta serán el nivel de descanso obtenido (digamos que las evaluamos de 1 a 10 nuestras opciones). Y si nuestra restricción para estas vacaciones es que no tenemos mucho tiempo disponible porque solo podemos ir de fin de semana. Supongamos que estamos evaluando si ir a Taxco, Cancún o Acapulco y vivimos en la ciudad de México. Como familia evaluamos Taxco con un T=8 en descanso (esta cerca y no hay mucho para desvelarnos), Cancún T=4 y Acapulco T=9 ... pareciera que Acapulco es nuestra mejor opción, pero veamos su consumo de la restricción: llegar a Taxco nos toma 3 horas: T/R = 8/3 = 2.7; llegar a Cancún (en avión) nos toma 6 horas (considerando el tiempo de trámites en aeropuerto): T/R = 4/6 = 0.7; llegar a Acapulco por la nueva carretera nos toma 5 horas T/R = 9/5 = 1.8 . ¿Qué opción nos da la mayor cantidad de unidades de la meta por unidad de la restricción utilizada? ... ¡Taxco!
¡Por supuesto! Cada familia dará una evaluación diferente a cada opción. Y también es probable que tengan otros medios de transporte o conozcan otras rutas o lugares. Lo importante es que cada sistema haga lo que es mejor para el sistema, y esta idea ha probado ayudar a muchas organizaciones a clarificar sus ideas.
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