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El gran debate


Muy frecuentemente, en la sesiones que llevo a cabo con grupos directivos para desarrollar sus planes estratégicos, llegamos a un gran debate: las habilidades directivas, como el pensamiento ordenado, la disciplina, las relaciones humanas, etc. ¿son atributos que se pueden aprender y desarrollar, o simplemente son características con las que se nace o no, y si no nos tocó la suerte de tenerlas, mas vale que aprendamos y amemos nuestro lugar en las trincheras?


En 30 años de ser espectador de primera fila de estas conversaciones, he sido testigo de acaloradas discusiones en donde surgen los argumentos y razonamientos mas sorprendentes que se puedan imaginar, tanto defendiendo una posición como la otra.


Lo que es más, hagamos un experimento juntos. Si tu crees que son habilidades que se pueden aprender y desarrollar por favor dale click al corazoncito abajo de este blog (like). Si tu crees que se nace con ellas y no se pueden aprender y desarrollar, no hagas nada. Al comparar el número se visualizaciones del blog, con el número de corazoncitos rojos podremos evaluar el balance de ideas entre nuestros lectores.


Personalmente, si bien estoy convencido que hay quienes las traen de nacimiento. También creo que se pueden aprender y desarrollar.


Recientemente, volví a ver el video de una conferencia de Eli Goldratt ( https://www.youtube.com/watch?v=W18n8m97uuk ), en el que resume todo TOC (su Teoría de las Restricciones) en una sola palabra: ENFOQUE. Y con su muy característico estilo define enfoque como: ¨hacer lo que se debe hacer, Y NO HACER LO QUE NO SE DEBE HACER¨


En ese video, Goldratt explica que el principal obstáculo para hacer lo que se debe hacer es precisamente estar haciendo lo que no se debe hacer. La Restricción o Cuello de Botella Principal se ve relegado por temas No-Restrictivos que nos ocupan y distraen constantemente porque son muchos y son muy fastidiosos.


Esto me llevó de nuevo a la gran pregunta: ¿Esta capacidad de Enfoque se puede aprender y desarrollar? ...


Personalmente, encontré mi respuesta a este debate durante una lectura de la Biblia. Independientemente de la postura religiosa que podamos tener, es claro que hace casi 2000 años tuvo lugar un movimiento que causó tal impacto que hasta el día de hoy millones de personas siguen tratando de entender y asimilar lo que sucedió en ese entonces.


Y lo que resolvió de una vez por todas el debate en mi cabeza fue darme cuenta de que si, Jesús era un fuera de serie, pero los apóstoles, que finalmente hicieron solos la chamba de diseminar y consolidar el movimiento, no eran precisamente material extraído de Harvard. De hecho, se la pasaban discutiendo sobre quien de ellos era el mejor (Marcos 9:33, 34; Lucas 22:24).


Entonces me cayó el veinte. La verdadera cuestión no es si todos podemos aprender a ser líderes o no. La verdadera pregunta no es si mi equipo puede convertirse en un grupo de líderes o no. En realidad, la verdadera pregunta es si nosotros como líderes dejaremos de hacer lo que no debemos hacer, para hacer lo que si debemos hacer: enseñar y desarrollar las habilidades de liderazgo necesarias en cada uno de nuestros equiperos.


Y regreso con las lecciones en la Biblia. Jesús nos da la respuesta en Lucas 22:25-27: ¨ Pero él les dijo: “Los reyes de las naciones dominan al pueblo, y a los que tienen autoridad sobre la gente se les llama benefactores. Sin embargo, ustedes no deben ser así. Más bien, el que sea mayor entre ustedes, que se vuelva como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque ¿quién es mayor? ¿El que come, o el que sirve? ¿Acaso no es el que come?Pero yo estoy entre ustedes como el que sirve.¨



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