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Para ahora, puede ser que este equivocado


Debemos siempre tratar de estar consientes de las creencias que gobiernan nuestros comportamientos es los aspectos que consideramos importantes: la educación de nuestros hijos, el matrimonio, los negocios, el liderazgo, etc., así como debemos estar dispuestos a revisarlos y actualizarlos conforme surja la necesidad, basados en los resultados que estamos obteniendo ahora, y en los resultados que queremos para nuestro futuro.


Realmente no importa mucho que tan efectivos fueron nuestros paradigmas en el pasado. Siempre deberemos verlos a la luz de las circunstancias actuales y de las predecibles para el futuro, y evaluarlas de acuerdo con su efectividad bajo esas circunstancias.


Un amigo que ha hecho su vida comprando y vendiendo acciones en el mercado de valores, nos dijo una vez, que el revisa su portafolio todos los días y se hace la siguiente pregunta sobre cada una de las acciones que posee: ¿Si yo no tuviera ya esta acción, la compraría hoy? Si la respuesta es no, entonces él sabe que es tiempo de venderla.


Conociendo lo que sabemos de la vida hoy: ¿hubiera usted estudiado la misma carrera?, ¿estudiaría una carrera?, ¿habría iniciado un negocio antes?, ¿habría tratado a sus padres de manera distinta?


Después de treinta años de trabajar con una gran variedad de organizaciones, estamos todavía sorprendidos de la cantidad de cosas que los directivos actuales consideran erróneas, y, sin embargo, luchan por perpetuar el mismo sistema y heredarlo a la siguiente generación: sistemas de evaluación de desempeño, creación de silos departamentales, falta de compromiso entre los diferentes gerentes, etc.


Curiosamente tendemos a hacer exactamente lo mismo cuando tratamos con la educación de nuestros hijos. Aún cuando no nos gustaron muchas de las cosas que nuestros padres nos hicieron, terminamos haciendo exactamente las mismas cosas a nuestros hijos.


Tenga en cuenta que para cuando nos decidimos a cambiar y logramos llevar a la práctica nuestras ideas, tanto nuestra solución, como las circunstancias habrán evolucionado ya que tanto nuestra mente como los cambios en el entorno suelen ser mucho más rápidos que nuestra capacidad de ejecución.


Lo anterior genera una serie de complicaciones prácticas muy difíciles de manejar, ya que una vez más nos vemos sometidos a un conflicto sobre nuestra posible actuación: ¿nos mantenemos firmes en la ejecución de la solución original?, o ¿tratamos de adaptar nuestra solución a todos los cambios que surgen en el camino?


En el fondo de todos nuestros esfuerzos de mejora, debe haber una conciencia de que la realidad que percibimos, dados nuestros patrones y modelos mentales, es solamente una interpretación personal de las circunstancias que detectamos y que se encuentran en constante evolución.


Si realmente queremos dejar un mundo mejor que el que encontramos, tenemos que asegurarnos de que el comportamiento de las siguientes generaciones sea guiado por creencias más adecuadas que las que nosotros adoptamos. Deberemos tener el coraje de retar y liberarnos de los patrones que han nublado nuestras vidas y desarrollar nuevos paradigmas que puedan llevar a las siguientes generaciones un paso adelante en la búsqueda de la felicidad.


Firmemente creemos que un cambio de paradigma de este tipo comienza por cuestionar la validez de nuestra creencia de que “tener la razón es suficiente” y entonces trabajar fuertemente en el desarrollo un nuevo paradigma: “TENER LA RAZÓN, NO ES SUFICIENTE, ES SOLO EL INICIO”


Bienvenido a nuestro viaje.



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